martes, 14 de abril de 2015

PROBLEMA AGRARIO


Sobre el problema agrario


el problema de los latifundios en España no es una entelequia inventada por unos cuantos descontentos o idealistas, sino una cuestión grave de enorme trascendencia económica y social para nuestra patria. No se trata solo del hecho de que unos 7000 propietarios posean más de 6 millones de hectáreas en las regiones manchega, extremeña y andaluza, sino también de que disfrutan la mayor parte de la riqueza que en ellas reproduce, dejado al resto de sus habitantes en situación precaria, y, sobre todo, impidiendo que se intensifique la producción y puedan progresar esas provincias (…). Consecuencia de ellos son: la despoblación de los campos, el deficiente cultivo, los jornales bajos, los arrendamientos caros, la escasa y raquítica ganadería, y, en general, la situación precaria en que se encuentra la tercera parte del territorio nacional (…). Ante estos hechos, es suicida y criminal cerrar los ojos para no verlos  y dejar que pasen los años y aun siglos, como hasta ahora ha ocurrido, sin ponerles remedio. Hay, pues, que afrontar su solución con serenidad pero con energía (…)”

           
                        Los Latifundios en España, Pascual Carrión, Madrid 1932.

sábado, 11 de abril de 2015

LEY DE BASES DE LA REFORMA AGRARIA. 1932.


Los efectos de esta ley se extienden a todo el territorio de la República. Su aplicación... tendrá lugar en los términos municipales de Andalucía, Extremadura, Ciudad Real, Toledo, Albacete y Salamanca... Las tierras del Estado... podrán ser objeto de asentamientos, sea cualquiera la provincia donde radiquen...

La ejecución de esta ley quedará encomendada al Instituto de Reforma Agraria que... promoverá la formación de organismos de crédito a fin de facilitar a los campesinos asentados el capital necesario para los gastos de explotación...
Serán susceptibles de explotación las tierras incluidas en los siguientes apartados:

1.- Las ofrecidas voluntariamente por sus dueños...
5.- Las que, por no ser explotadas directamente..., deba presumirse que fueron compradas con fines de especulación o con el único objeto de percibir su renta.
7.- Las incultas o manifiestamente mal cultivadas...
Gaceta de Madrid, 21 de septiembre de 1932.


CLASIFICACIÓN

Texto de carácter jurídico. Ley de bases  de la Reforma Agraria, publicado en la Gaceta de Madrid (Boletín del Estado) el 21 de septiembre de 1932. Fue un intento del gobierno de Bienio Reformador 1931-1933  de solucionar uno de los problemas seculares de nuestro país: la propiedad de la tierra. Es un documento público : una Ley  de la Segunda República Española.



ANALISIS Y COMENTARIO

La Ley de Reforma Agraria pretendía llevar a cabo una redistribución de la propiedad agraria, medida que se juzgaba muy importante y urgente para satisfacer la demanda de los jornaleros sin tierras. Sin embargo, pretendía también la anulación del poder económico de los grandes terratenientes que, en su mayoría, eran monárquicos antirrepublicanos, lo que provocó enormes recelos y la obstrucción sistemática de los partidos de derechas en los debates parlamentarios.

Tras largas discusiones, se aprobó en septiembre de 1932. Sin embargo, en lugar de ceñirse al problema de los latifundios del sur de la península, se aplicó en todo el país de forma simultánea, molestando innecesariamente a muchos pequeños y medianos propietarios, que, sobre todo en Castilla, se opusieron a ella.

Dentro del contenido de esta ley destacaban tres puntos:

• Las tierras pertenecientes a los aristócratas más importantes del país quedaron expropiadas sin indemnización.
• Todos los latifundios, las fincas sistemáticamente arrendadas y los terrenos sin cultivar o abandonados fueron declarados expropiables a cambio del pago de una indemnización por parte del Estado a sus propietarios.
• Las tierras expropiadas pasaban a propiedad estatal para ser destinadas al asentamiento de campesinos, quienes podrían decidir entre la explotación de las fincas recibidas de forma colectiva o el cultivo de parcelas individuales.
Los asentamientos se tramitaron con muchísima lentitud y en medio de una fuerte resistencia, y se interrumpieron casi completamente durante el Gobierno de centro—derecha, a partir de 1934.


En resumen se trata de la Ley de Reforma Agraria que se aplicará a los campesinos de las provincias donde predomina el latifundio (Andalucía, Extremadura, Ciudad Real, Toledo, Albacete y Salamanca). Establece que las tierras del Estado y de los antiguos señoríos podrán ser objeto de asentamiento en toda España.

Crea el IRA para ejecutar la ley y promover créditos a los campesinos que se asienten en las tierras expropiadas: las ofrecidas voluntariamente por sus dueños, las mal explotadas o sin cultivar. Quedan  excluidos las tierras comunales, los bosques y las fincas bien explotadas.

En 1930, todavía 3,8 millones de personas trabajan en la agricultura, y de ellos, 2 millones eran jornaleros sin tierras y 750.000 aparceros o arrendatarios. Además, el latifundio era muy importante, especialmente en el sur: el 1,8 de las fincas suponían el 44% de las tierras.

Los gobiernos de izquierdas del primer bienio de la Segunda República trataron de encarar el problema mediante decretos que trataban de proteger a los arrendatarios y los campesinos sin tierra: jornada de 8 horas, Ley de Términos Municipales, prórroga automática de los contratos de arrendamiento, sobre todo, con esta ley.

La aplicación de la misma, fue un sonoro fracaso, ya que se tardó un año en completar el registro de propiedades expropiables, además de disponer el IRA de escaso presupuesto para las indemnizaciones (sólo los Grandes de España podían ser expropiados sin indemnización), hicieron que en 1934 sólo 12.000 familias hubiesen sido asentadas. El resultado fue irritar a un campesinado que se alejó de la República y que las derechas se uniesen en contra de la ley.

En total, se produjeron algo más de 10.000 asentamientos, muchos menos de los previstos. A pesar de todo, las relaciones entre los propietarios, que se consideraban amenazados, y los jornaleros, que estaban impacientes por ocupar las tierras, llegaron a un punto de máxima tensión. Las medidas sobre la propiedad agraria crearon una gran alarma entre los terratenientes y unas enormes esperanzas entre los jornaleros y, finalmente, no satisficieron ni a unos ni  a otros. Se creó un organismo encargado de llevar a cabo la reforma el IRA  (Instituto de Reforma Agraria).

   La Reforma Agraria  de 1932  queda iniciada  pero en el Bienio Conservador 1933-1935  se paraliza lo que provoca una gran agitación en las zonas rurales. En 1936  se pone de nuevo en vigor con  el  Frente Popular.

DISCURSO AZAÑA CUESTIÓN RELIGIOSA



Yo (…) me refiero a esto que llaman problema religioso. La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español. Yo no puedo admitir, señores diputados, que a esto se le llame problema religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la tutela de las conciencias (…), excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó. Se trata simplemente de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer (…)”.

Discurso de Manuel AZAÑA en el Congreso de los Diputados en 1931.


1. El texto es un fragmento de un discurso de Manuel de Azaña en el Congreso de los Diputados en el año 1931, y forma parte de los debates que precedieron a la redacción de la Constitución de la 2ª República.

Es una fuente histórica primaria y de temática política. Es de carácter público y va dirigido en primer lugar a los diputados en Cortes y en un segundo término a toda la nación.

El autor Manuel Azaña nació en 1880 en Alcalá de Henares, y murió en 1940 en Francia. Fue un político y escritor español que desempeñó los cargos de Presidente del gobierno en dos ocasiones (1931 y 1936), y Presidente de la República desde 1936 hasta 1939. Opuesto a la dictadura de Primo de Rivera, participó en el Pacto de San Sebastián que debía acabar con la monarquía Alfonsina. Tras la proclamación de la Segunda República comenzó su etapa política de mayor relevancia, siendo el político más importante de este período histórico.

2. Azaña niega la existencia de un problema religioso en España, ya que el Estado para él debe ser laico y aconfesional (tal y como se recogerá después en el articulado de la Constitución), y evitar así la tutela de las conciencias. Lo religioso debe pertenecer al ámbito de la conciencia personal y no es por tanto una cuestión política o asumible por el Estado. Los temas ultraterrenos no competen al Estado.

3. Esta separación Iglesia-Estado que se produce por segunda vez (la 1ª fue durante la I República) en nuestra historia fue muy mal acogida por la Iglesia que no aceptaba la laicidad de nuestra estructura política y la pérdida de influencia social que traía aparejada. Por ello el estamento eclesiástico será  uno de los principales opositores al nuevo régimen republicano, movilizando a la opinión católica en su contra.

En la Constitución de 1931 se recogerá en su articulado la no confesionalidad del Estado, la libertad de cultos, la supresión del presupuesto de culto y clero y se permitirá el divorcio y el matrimonio civil. También se prohibía ejercer la enseñanza, la industria y el comercio a las congregaciones religiosas, y se suprimía la Compañía de Jesús procediéndose a incautarse el Estado de sus inmuebles.

La aprobación de los artículos religiosos de la Constitución de 1931 provocó la dimisión de los sectores católicos del gobierno provisional, con Miguel Maura y Alcalá Zamora a la cabeza. Amplios sectores de la Iglesia y de la sociedad interpretaron estas medidas como una provocación y agresión a la religión católica. La mayor parte de la jerarquía eclesiástica se mostrará contraria al régimen republicano.

La cuestión religiosa fue tratada sin tacto y contribuyó a radicalizar a los españoles que, en su mayoría, eran católicos. La implantación del Estado laico fracasó no siendo entendida la libertad religiosa como una más de las libertades. Por consiguiente, las clases más conservadoras de la sociedad española se declararon enemigas de la libertad religiosa y de la República.

A pesar de todo esto, la República se propuso limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y secularizar la vida social por encima de todo y costase lo que costase. Contaba para ello con el fuerte anticlericalismo que las clases populares de la sociedad manifestaban y que ocasionalmente se materializaba en la quema de edificios religiosos y del patrimonio artístico católico.

MANIFIESTO RENUNCIA REY ALFONSO XIII




«Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público, hasta en las más críticas coyunturas. Un rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez. (...)
Soy el Rey de todos los españoles y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo contra los que las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fraticida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme algún día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación, suspendo deliberadamente el ejercicio del poder real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos. (...)


Madrid, 14 de abril de 1931»

COMENTARIO DE TEXTO


Manifiesto de Alfonso XIII fechado el 14-IV-1931 que marca el final de su reinado y da paso a la II República.
Clasificación:
Fuente primaria y documento histórico-circunstancial de carácter político.
Manifiesto: es una declaración pública de principios e intenciones, a menudo de naturaleza política, formulada generalmente por individuos o partidos políticos. En los manifiestos suele emplearse un lenguaje exhortativo, ya que su finalidad es la de convencer o persuadir a la opinión pública de que acepte un determinado programa o posición política.
Documento de difusión general y, por tanto, de carácter público, oficial y de ámbito nacional.
·Autoría: documento redactado el 14-IV-1931 en Madrid por el hasta ese día rey de España Alfonso XIII (1886-1941), hijo póstumo y sucesor de Alfonso XII. Durante su minoría de edad ejerció la Regencia (1885-1902) su madre, Mª Cristina de Habsburgo. Su reinado personal transcurrió entre 1902 y 1931, época marcada por la crisis de la Restauración. Murió en Roma en 1941.
.Destinatario: la nación española.
Intencionalidad: dar a conocer al pueblo español las razones que le llevaron a tomar la decisión de apartarse del poder: la falta de apoyo popular y el peligro de una guerra civil.
Análisis:
Idea principal: la renuncia al trono de España del rey Alfonso XIII. Alfonso XIII suspende «deliberadamente el ejercicio del poder real» pero no abdica sino que se aparta sin renunciar «a ninguno de mis derechos», que son «depósito acumulado por la Historia», de acuerdo con la vieja doctrina canovista de la constitución interna, según la cual la Monarquía (al igual que las Cortes) es una institución que representa la Tradición y la Historia de España, y se sitúa, por tanto, por encima de cualquier texto constitucional.
Ideas secundarias: circunstancias y justificación de su decisión.
Circunstancias: En la primera línea, el rey nombra las elecciones «celebradas el domingo»: se trata de las municipales (12-IV-1931) convocadas por el último gobierno de la monarquía (el del almirante Juan Bautista Aznar), que fueron consideradas por la oposición como una consulta a favor de la monarquía o la república.
Motivo nº 1: El resultado de dichas elecciones demostraron al rey la falta de apoyos a la monarquíaya no tengo el amor de mi pueblo»). Aunque en el conjunto del país los monárquicos obtuvieron un mayor número de concejales, la distribución del voto republicano, vencedor en la mayoría de las capitales de provincia y grandes ciudades del país, se interpretó como la voluntad mayoritaria del país, ya que era de más calidad que el del mundo rural, por estar este último sujeto a los fraudes electorales del sistema caciquil.
Motivo nº 2: Alfonso XIII explica, en tono paternalista, que quiere, con su renuncia, evitar una «fratricida guerra civil», a pesar de que «Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas»: el rey podría, una vez más, imponerse por la fuerza, ya que tenía el respaldo de un sector de los militares. Las «críticas coyunturas» a las que el monarca alude pueden referirse a las graves crisis en su reinado: la Semana Trágica de Barcelona (1909), la crisis de 1917 y el desastre de Annual (1921).

 En las dos primeras crisis, el monarca había actuado defendiendo los intereses de la oligarquía dominante frente a las clases populares. 
En cuanto a la cuestión africana, la oposición republicana consideraba también responsable al rey de estar detrás del desastre de Annual (donde el caudillo rifeño Abd-el-Krim había derrotado al ejército colonial español, causando alrededor de 15.000 muertos), un hecho que había conmocionado al país, en su mayoría contrario a una política colonial de prestigio.
El rey admite que pudo equivocarse en sus decisionessin duda erré yo alguna vez»). Se refiere, sin nombrarlo expresamente, a su apoyo a la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), respecto a la que trata de justificarse diciendo que actuó siempre con buena intención, «sin malicia», movido por su amor a España e intentando servirla.
 Por lo demás, podemos decir, en términos generales, que el error de Alfonso XIII constituyó, a diferencia de sus antecesores, su participación activa en las decisiones políticas del país, lo que contribuyó a intensificar la inestabilidad política.
La renuncia del rey parece ser, en un principio, breve, pues confía en volver cuando se celebren elecciones generales y se exprese la auténtica voz de la nación («la adecuada expresión de la conciencia colectiva»), a la que atribuye la soberanía («única señora de sus destinos»). 
Las elecciones a Cortes Constituyentes tendrían lugar dos meses después (28-VI-1931), siendo el primer proceso electoral plenamente democrático desde el sexenio revolucionario. El Parlamento resultante, fruto de la nueva ley electoral, reflejó una muy escasa representación de los partidarios alfonsinos, a pesar del peso económico y social que aún conservaba.

Contexto histórico:
Tras el fin de la Dictadura de Primo de Rivera (28-I-1930), Alfonso XIII nombra un gobierno presidido por el general Dámaso Berenguer, conocido popularmente como la dictablanda. Con este gobierno el rey pretendía volver al sistema de la Restauración, restituyendo la Constitución de 1876 y convocando elecciones. Pero los problemas internos de los partidos dinásticos y el malestar social favorecieron la cohesión de la oposición antimonárquica.
En agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián había conseguido aglutinar la oposición antimonárquica reclamando un amplio movimiento político revolucionario que habría de plasmarse en una insurrección armada, que, apoyada por la movilización popular, tendría como objetivo el derrocamiento de la monarquía y la instauración de la república.
Tras el fracaso inicial de la insurrección armada en Jaca y la dimisión del general Berenguer, éste fue sustituido por el almirante Juan Bautista Aznar, que presidió un gobierno de concentración, el último gobierno de la monarquía. Dicho gobierno convocó elecciones municipales para el día 12-IV-1931 en que las candidaturas republicanas resultaron ganadoras en las principales ciudades españolas. Ante estos resultados, el rey optó por el exilio y se proclamó la II República.
La II República intentó modernizar las viejas estructuras sociopolíticas del país. Sin embargo, la fuerte oposición derechista y las aspiraciones revolucionarias de la izquierda abocaron a España a la guerra civil (1936-1939).
Contexto europeo:
La crisis económica mundial producida por el crack bursátil de Nueva York de 1929, que tuvo menor incidencia en España debido al atraso económico, al predominio de su sector agrícola y al proteccionismo arancelario.
El ascenso de los regímenes totalitarios en los años 1920-30, tanto de signo fascista (el fascismo italiano o el nacionalsocialismo alemán) como el régimen comunista de la URSS.


MAPAS CONCEPTUALES II REPÚBLICA