miércoles, 17 de septiembre de 2014

TEXTOS MOVIMIENTO OBRERO SIGLO XIX



MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT,  24 DICIEMBRE 1869

   La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria; pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo,  El proletariado militante.



ACTAS DEL CONGRESO OBRERO DE BARCELONA. 1870

   (…) la Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del Congreso:
   Considerando:

   Que las aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa de su muerte.

   Que la autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad, se halla confiada a nosotros de derecho.

   Que la organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o jurídico, y por lo tanto obligatorio.

   Que toda participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria socialista del proletariado.

   El Congreso recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.

Esta federación es la verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos políticos.





ACUERDOS DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)

   Los delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar  la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la Internacional. 

   Dice así el primero:

   La Comisión nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)

En vista de los deseos casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de poseer una  noción clara y distinta y una línea de conducta determinada acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del pueblo (…).   República democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político, puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…).   Los delegados en esta conferencia creen deber manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de la  república democrática surgió en Francia del gran movimiento revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y fraternidad (...).   Como todas las ideas que entrañan la verdad y la justicia (…).

Pero una clase, la clase media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de él.   Negó inmediatamente las consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron palabras vanas y engañosas.   La clase media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación Internacional de los Trabajadores no es otra cosa  que la satisfacción de esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para realizar. 

Conferencia de la federación regional española celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871




DISCURSO PRONUNCIADO POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT


   Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad: quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas, y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una verdadera legitimidad.

  Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871



MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT,  24 DICIEMBRE 1869

   La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria; pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo,  El proletariado militante.



ACTAS DEL CONGRESO OBRERO DE BARCELONA. 1870

   (…) la Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del Congreso:
   Considerando:

   Que las aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa de su muerte.

   Que la autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad, se halla confiada a nosotros de derecho.

   Que la organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o jurídico, y por lo tanto obligatorio.

   Que toda participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria socialista del proletariado.

   El Congreso recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.

Esta federación es la verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos políticos.





ACUERDOS DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)

   Los delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar  la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la Internacional. 

   Dice así el primero:

   La Comisión nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)

En vista de los deseos casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de poseer una  noción clara y distinta y una línea de conducta determinada acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del pueblo (…).   República democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político, puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…).   Los delegados en esta conferencia creen deber manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de la  república democrática surgió en Francia del gran movimiento revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y fraternidad (...).   Como todas las ideas que entrañan la verdad y la justicia (…).

Pero una clase, la clase media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de él.   Negó inmediatamente las consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron palabras vanas y engañosas.   La clase media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación Internacional de los Trabajadores no es otra cosa  que la satisfacción de esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para realizar. 

Conferencia de la federación regional española celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871




DISCURSO PRONUNCIADO POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT


   Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad: quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas, y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una verdadera legitimidad.

  Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871



MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT,  24 DICIEMBRE 1869

   La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria; pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo,  El proletariado militante.



ACTAS DEL CONGRESO OBRERO DE BARCELONA. 1870

   (…) la Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del Congreso:
   Considerando:

   Que las aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa de su muerte.

   Que la autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad, se halla confiada a nosotros de derecho.

   Que la organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o jurídico, y por lo tanto obligatorio.

   Que toda participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria socialista del proletariado.

   El Congreso recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.

Esta federación es la verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos políticos.





ACUERDOS DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)

   Los delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar  la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la Internacional. 

   Dice así el primero:

   La Comisión nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)

En vista de los deseos casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de poseer una  noción clara y distinta y una línea de conducta determinada acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del pueblo (…).   República democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político, puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…).   Los delegados en esta conferencia creen deber manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de la  república democrática surgió en Francia del gran movimiento revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y fraternidad (...).   Como todas las ideas que entrañan la verdad y la justicia (…).

Pero una clase, la clase media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de él.   Negó inmediatamente las consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron palabras vanas y engañosas.   La clase media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación Internacional de los Trabajadores no es otra cosa  que la satisfacción de esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para realizar. 

Conferencia de la federación regional española celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871




DISCURSO PRONUNCIADO POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT


   Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad: quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas, y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una verdadera legitimidad.

  Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871



MANIFIESTO FUNDACIONAL DEL PSOE. 1879.

Considerando que esta sociedad es injusta, porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una, la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada. Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política. Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el Poder Político, del cual se vale para dominar al proletariado.

Considerando que la necesidad, la razón y la justicia, exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que tiene sumidos en la más espantosa miseria a los que emplean toda su vida en producir la riqueza que poseen los que muy poco o nada son útiles a la sociedad; (...) El Partido Socialista tiene por aspiración: Primero.-La posesión del poder político por la clase trabajadora Segundo.-La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo( la tierra, las minas, los transportes, las fábricas, etc.) en propiedad común de la sociedad entera. (...) En suma el ideal del Partido Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes (...)

Manifiesto fundacional del Partido Socialista Obrero Español (20 de julio de 1879)


EL PROGRAMA DEL PSOE
  
[ ... ] el Partido Socialista Obrero Español declara que su aspiración es:

Abolición de clases, o sea, emancipación completa de los trabajadores. Trans­formación de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad entera. Posesión del poder político por la clase trabajadora.

Y como medios inmediatos para acercarnos a la realización de este ideal, los siguientes:

Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huelgas. Reduc­ción de las horas. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres, para las mu­jeres. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Creación de comisiones, elegidas por los obreros, que visitarán las habitaciones en que éstos vivan, las minas, las fábricas y los talleres. Protección a las Cajas de socorros mutuos y pensiones a los Inválidos del trabajo. Reglamento del trabajo de las prisiones. Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales en cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratuita y Jurado para todos los delitos, Servicio de las Ar­mas obligatorio y universal y milicia popular. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intere­ses de la clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación, así como de las minas, bosques, etc. y concesión de los servicios de estas propiedades a las asociaciones obreras constituidas o que se constituyan al efecto. Y todos aquellos medios que el Partido Socialista Obrero Español acuerde según las necesidades de los tiempos.

Madrid, 9 de julio de 1879. Alejandro Olcina, Gonzalo H. Zubiaurre, Victoria­no Calderón, Pablo Iglesias.



IDEARIO ANARQUISTA

El asalariado, de hecho, reduce al hombre política y económicamente a la esclavitud, porque no sólo coloca al obrero bajo la dependencia del capitalista, sino que además implica un despojo, puesto que el capitalista detenta natural­mente, para enriquecerse, el producto del trabajo de todos en beneficio exclusi­vamente suyo. Si así no fuera, ocurriría que a la par que aumentase el capital de un industrial, se verían aumentar también y al mismo tiempo los capitales de sus obreros, y lo que ocurre es precisamente lo contrarío, pues que a la par que crecen las riquezas de la burguesía crece también la miseria de los trabajadores.

Por consecuencia obligada de las anteriores premisas, queremos los anarquistas, de acuerdo con los principios elementales de la justicia, igualdad de condiciones económicas para todos los hombres, lo que sólo puede alcanzarse poniendo a disposición de las colectividades productoras la tierra y los instru­mentos de trabajo industrial, para que utilizándolos aquellos directamente atien­dan a las necesidades propias y a las generales del cuerpo social por los medios y procedimientos que juzguen más adecuados.

Queremos que la vida social se organice de abajo a arriba, por contra­tos con individuos e individuos, y contratos entre asociaciones de oficio y asocia­ciones de oficio, como primer elemento constituyente del porvenir. Queremos el contrato de momento, siempre revisable y reformable, que dure tanto como dure su objetivo y la voluntad de las partes contratantes. No queremos, en fin, que las formas orgánicas de la sociedad se petrifiquen, viniendo a constituir así una ré­mora al progreso, y por eso nuestro principio fundamental de acción para todos los individuos y para todas las colectividades.

Que todo el, mundo disponga de los medios necesarios para trabajar y desenvolverse; [ ... ] que la más completa libertad permita a todos obrar y producirse en las más diversas relaciones sin coacción alguna externa; que todos puedan asi­mismo concentrarse libremente, libremente buscarse y pactar para hacer agrada­ble la vida, y veréis surgir, como coronamiento de este hermoso edificio, la solida­ridad universal de los humanos, la fraternidad verdadera, el bienestar universal.

Una sociedad fundada en la igualdad de condiciones y la libertad más com­pleta, hará hermanos los hombres y la generosidad los sentimientos para reme­diar todos los males y suplir todas las deficiencias.

[ ... ] Esto es, en suma, lo que queremos, la transformación que buscan gran número de trabajadores, el ideal novísimo del proletariado anarquista.

La Cuestión Social, Valencia, 28 de mayo de 1892
  
Paniagua, Javier (1989): «A­narquistas y socialistas», Historia 16, Madrid, p. 221‑224.





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