MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT, 24 DICIEMBRE 1869
La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la
ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus
frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de
los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza
multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las
primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y
herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con
la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria;
pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de
industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí
todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si
acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis
y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros
hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la
sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los
trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo, El proletariado militante.
ACTAS DEL CONGRESO
OBRERO DE BARCELONA. 1870
(…) la
Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del
Congreso:
Considerando:
Que las
aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación
del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa
de su muerte.
Que la
autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta
sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad,
se halla confiada a nosotros de derecho.
Que la
organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado
político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya
sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o
jurídico, y por lo tanto obligatorio.
Que toda
participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media
no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas
existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria
socialista del proletariado.
El Congreso
recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores
renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la
transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les
invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos
de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.
Esta federación es la
verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos
políticos.
ACUERDOS DE LA
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)
Los
delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional
de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar
la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes
para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al
público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión
política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la
Internacional.
Dice así el
primero:
La Comisión
nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone
que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)
En vista de los deseos
casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de
poseer una noción clara y distinta y una línea de conducta determinada
acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del
pueblo (…). República
democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político,
puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y
sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…). Los delegados en esta conferencia creen deber
manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de
la república democrática surgió en Francia del gran movimiento
revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y
fraternidad (...). Como todas las ideas
que entrañan la verdad y la justicia (…).
Pero una clase, la clase
media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de
él. Negó inmediatamente las
consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde
entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron
palabras vanas y engañosas. La clase
media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en
lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad
misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del
trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación
Internacional de los Trabajadores no es otra cosa que la satisfacción de
esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los
elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos
verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde
vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no
caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para
realizar.
Conferencia de la federación regional española
celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871
DISCURSO PRONUNCIADO
POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT
Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a
hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o
menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por
eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien
quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas
está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la
defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad:
quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a
estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas,
y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada
uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese
tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una
verdadera legitimidad.
Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871
MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT, 24 DICIEMBRE 1869
La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la
ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus
frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de
los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza
multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las
primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y
herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con
la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria;
pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de
industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí
todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si
acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis
y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros
hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la
sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los
trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo, El proletariado militante.
ACTAS DEL CONGRESO
OBRERO DE BARCELONA. 1870
(…) la
Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del
Congreso:
Considerando:
Que las
aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación
del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa
de su muerte.
Que la
autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta
sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad,
se halla confiada a nosotros de derecho.
Que la
organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado
político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya
sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o
jurídico, y por lo tanto obligatorio.
Que toda
participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media
no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas
existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria
socialista del proletariado.
El Congreso
recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores
renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la
transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les
invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos
de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.
Esta federación es la
verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos
políticos.
ACUERDOS DE LA
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)
Los
delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional
de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar
la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes
para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al
público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión
política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la
Internacional.
Dice así el
primero:
La Comisión
nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone
que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)
En vista de los deseos
casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de
poseer una noción clara y distinta y una línea de conducta determinada
acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del
pueblo (…). República
democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político,
puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y
sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…). Los delegados en esta conferencia creen deber
manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de
la república democrática surgió en Francia del gran movimiento
revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y
fraternidad (...). Como todas las ideas
que entrañan la verdad y la justicia (…).
Pero una clase, la clase
media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de
él. Negó inmediatamente las
consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde
entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron
palabras vanas y engañosas. La clase
media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en
lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad
misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del
trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación
Internacional de los Trabajadores no es otra cosa que la satisfacción de
esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los
elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos
verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde
vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no
caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para
realizar.
Conferencia de la federación regional española
celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871
DISCURSO PRONUNCIADO
POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT
Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a
hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o
menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por
eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien
quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas
está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la
defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad:
quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a
estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas,
y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada
uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese
tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una
verdadera legitimidad.
Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871
MANIFIESTO DEL COMITÉ ORGANIZADOR DE LA AIT, 24 DICIEMBRE 1869
La clase media acaparadora de todos los privilegios; dueña del capital, de la
ciencia; dueña por consiguiente, de la magistratura; dueña de la tierra, de sus
frutos, del ferrocarril, del telégrafo, de las habitaciones, de las minas, de
los caminos, de los puertos, de los mares, de los peces que la naturaleza
multiplica en su seno, de los buques que recorren su superficie, de las
primeras materias de producción, de los elementos, como máquinas y
herramientas; dueña del Estado y, por consiguiente, de todo, os concederá con
la república federal todas las libertades políticas… Nos dará libertad de industria;
pero a los que sin culpa nuestra nada poseemos, ¿nos dará la libertad de
industria los medios de disfrutarla? […]
Aquí
todos somos trabajadores. Aquí todo lo esperamos de los trabajadores. Si
acudís, cumplís un deber; si permanecéis indiferentes, conste que os suicidáis
y tendréis que avergonzaros el día que no sepáis cómo responder a vuestros
hijos cuando os pregunten qué habéis construido vosotros para el edificio de la
sociedad del porvenir, que tan laboriosa y activamente se ocupan en levantar los
trabajadores del resto del mundo.
Anselmo Lorenzo, El proletariado militante.
ACTAS DEL CONGRESO
OBRERO DE BARCELONA. 1870
(…) la
Comisión adopta las siguientes resoluciones que somete a la deliberación del
Congreso:
Considerando:
Que las
aspiraciones de los pueblos hacia su bienestar, fundándose en la conservación
del Estado, no sólo no han podido realizarse, sino que este poder ha sido causa
de su muerte.
Que la
autoridad y el privilegio son las columnas más firmes en que se apoya esta
sociedad injusta, cuya reconstitución, fundada en la igualdad y en la libertad,
se halla confiada a nosotros de derecho.
Que la
organización de la explotación del capital, favorecida por el gobierno o Estado
político, no es otra cosa que la explotación perenne y siempre creciente, cuya
sumisión forzosa a la libre concurrencia burguesa, se llama derecho legal o
jurídico, y por lo tanto obligatorio.
Que toda
participación de la clase obrera en la política gubernamental de la clase media
no podría producir otros resultados que la consolidación del orden de cosas
existente, lo cual necesariamente paralizaría la acción revolucionaria
socialista del proletariado.
El Congreso
recomienda a todas las secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores
renuncien a toda acción corporativa que tenga por objeto efectuar la
transformación social por medio de las reformas políticas nacionales, y les
invita a emplear toda su actividad en la constitución federativa de los cuerpos
de oficio, único medio de asegurar el éxito de la revolución social.
Esta federación es la
verdadera representación del trabajo y debe verificarse fuera de los gobiernos
políticos.
ACUERDOS DE LA
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES (AIT)
Los
delegados de las distintas federaciones locales de la Asociación Internacional
de los Trabajadores, región española, reunidos en Valencia para revisar
la organización federal y de oficios, han tomado varios acuerdos importantes
para el porvenir de nuestra Asociación. Entre ellos, debemos dar a conocer al
público, por su particular trascendencia, el que se refiere a la cuestión
política y los que tratan de las huelgas y de las adhesiones individuales a la
Internacional.
Dice así el
primero:
La Comisión
nombrada para dictaminar sobre la proposición referente a la política, propone
que la conferencia acepte el siguiente dictamen: (…)
En vista de los deseos
casi unánimes manifestados por sus secciones y federaciones respectivas de
poseer una noción clara y distinta y una línea de conducta determinada
acerca de las grandes cuestiones políticas que agitan y dividen la opinión del
pueblo (…). República
democrática-federal, que sirve hoy de lema y aspiración a un partido político,
puesto que las doctrinas de los demás partidos están perfectamente definidas y
sus tendencias y resultados prácticos son bien conocidos de todos (…). Los delegados en esta conferencia creen deber
manifestar su parecer sobre tan importante cuestión: La idea moderna de
la república democrática surgió en Francia del gran movimiento
revolucionario de 1793, con los sublimes principios de libertad, igualdad y
fraternidad (...). Como todas las ideas
que entrañan la verdad y la justicia (…).
Pero una clase, la clase
media, que había sido la iniciadora del movimiento, no tardó en apoderarse de
él. Negó inmediatamente las
consecuencias lógicas de los principios que ella había proclamado, y desde
entonces, la revolución quedó ahogada, y república y democracia solo fueron
palabras vanas y engañosas. La clase
media, al apoderarse de los bienes de la aristocracia del clero, se puso en
lugar de estas dos clases privilegiadas, declarando inviolable la propiedad
misma que ella había secuestrado e inmutable la antigua organización del
trabajo, fundada en la explotación y en la justicia. La Asociación
Internacional de los Trabajadores no es otra cosa que la satisfacción de
esta inmensa necesidad, la organización en la que se agrupan todos los
elementos puros, todos los elementos homogéneos, todos los elementos
verdaderamente revolucionarios de esta revuelta sociedad; es el crisol donde
vienen a fundirse las grandes ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no
caben dentro de los partidos políticos, que los partidos son impotentes para
realizar.
Conferencia de la federación regional española
celebrada en Valencia del 9 al 18 de septiembre de 1871
DISCURSO PRONUNCIADO
POR CÁNOVAS DEL CASTILLO SOBRE LA AIT
Por eso yo deploraría con toda la sinceridad de mi alma ver hoy en el poder a
hombres políticos que, consciente o inconscientemente, pudieran dejar más o
menos abandonada, pero abandonada al cabo, la defensa del orden social. Por
eso, yo defenderé hasta donde mis fuerzas alcancen a todo gobierno, sea quien
quiera el que lo componga, que diga y proclame que en la medida de sus fuerzas
está dispuesto a reñir batallas en defensa del orden social. Porque en la
defensa de este orden social está hoy, sin duda alguna, la mayor legitimidad:
quien alcance a defender la propiedad, a restablecer el orden social, a dar a
estas naciones latinas (y no me fijo ahora solo en España, sino en todas ellas,
y principalmente en Francia) la seguridad y la garantía de los derechos de cada
uno y a liberarlas de la invasión bárbara del proletariado ignorante, ese
tendrá aquí y en todas partes, aun cuando nosotros nos opusiéramos, una
verdadera legitimidad.
Diario de sesiones, 20 de octubre de 1871
MANIFIESTO FUNDACIONAL DEL PSOE. 1879.
Considerando que esta sociedad es injusta, porque divide a
sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una, la burguesía, que,
poseyendo los instrumentos de trabajo, es la clase dominante; otra, el
proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada.
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud
en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la
dependencia política. Que los privilegios de la burguesía están garantizados
por el Poder Político, del cual se vale para dominar al proletariado.
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia,
exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan,
reformando o destruyendo el estado social que tiene sumidos en la más espantosa
miseria a los que emplean toda su vida en producir la riqueza que poseen los
que muy poco o nada son útiles a la sociedad; (...) El Partido Socialista tiene
por aspiración: Primero.-La posesión del poder político por la clase
trabajadora Segundo.-La transformación de la propiedad individual o corporativa
de los instrumentos de trabajo( la tierra, las minas, los transportes, las fábricas,
etc.) en propiedad común de la sociedad entera. (...) En suma el ideal del Partido
Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es decir, la abolición
de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores libres
e iguales, honrados e inteligentes (...)
Manifiesto fundacional
del Partido Socialista Obrero Español (20 de julio de 1879)
EL PROGRAMA DEL PSOE
[ ... ] el
Partido Socialista Obrero Español declara que su aspiración es:
Abolición de clases, o sea, emancipación completa de los trabajadores.
Transformación de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad
entera. Posesión del poder político por la clase trabajadora.
Y como medios inmediatos para acercarnos a la realización de este ideal,
los siguientes:
Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huelgas.
Reducción de las horas. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve
años y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres, para
las mujeres. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores.
Creación de comisiones, elegidas por los obreros, que visitarán las
habitaciones en que éstos vivan, las minas, las fábricas y los talleres.
Protección a las Cajas de socorros mutuos y pensiones a los Inválidos del
trabajo. Reglamento del trabajo de las prisiones. Creación de escuelas
gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales en cuyos
establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratuita y
Jurado para todos los delitos, Servicio de las Armas obligatorio y universal y
milicia popular. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas
aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la clase
trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de
circulación, así como de las minas, bosques, etc. y concesión de los servicios
de estas propiedades a las asociaciones obreras constituidas o que se
constituyan al efecto. Y todos aquellos medios que el Partido Socialista Obrero
Español acuerde según las necesidades de los tiempos.
Madrid, 9 de julio de 1879. Alejandro Olcina, Gonzalo H. Zubiaurre,
Victoriano Calderón, Pablo Iglesias.
El asalariado, de hecho, reduce al hombre política y económicamente a la
esclavitud, porque no sólo coloca al obrero bajo la dependencia del
capitalista, sino que además implica un despojo, puesto que el capitalista
detenta naturalmente, para enriquecerse, el producto del trabajo de todos en
beneficio exclusivamente suyo. Si así no fuera, ocurriría que a la par que
aumentase el capital de un industrial, se verían aumentar también y al mismo
tiempo los capitales de sus obreros, y lo que ocurre es precisamente lo
contrarío, pues que a la par que crecen las riquezas de la burguesía crece
también la miseria de los trabajadores.
Por
consecuencia obligada de las anteriores premisas, queremos los anarquistas, de
acuerdo con los principios elementales de la justicia, igualdad de condiciones
económicas para todos los hombres, lo que sólo puede alcanzarse poniendo a
disposición de las colectividades productoras la tierra y los instrumentos de
trabajo industrial, para que utilizándolos aquellos directamente atiendan a
las necesidades propias y a las generales del cuerpo social por los medios y
procedimientos que juzguen más adecuados.
Queremos que la vida social se organice de abajo a arriba, por contratos
con individuos e individuos, y contratos entre asociaciones de oficio y asociaciones
de oficio, como primer elemento constituyente del porvenir. Queremos el
contrato de momento, siempre revisable y reformable, que dure tanto como dure
su objetivo y la voluntad de las partes contratantes. No queremos, en fin, que
las formas orgánicas de la sociedad se petrifiquen, viniendo a constituir así
una rémora al progreso, y por eso nuestro principio fundamental de acción para
todos los individuos y para todas las colectividades.
Que todo el, mundo disponga de los medios necesarios para trabajar y
desenvolverse; [ ... ] que la más completa libertad permita a todos obrar y
producirse en las más diversas relaciones sin coacción alguna externa; que
todos puedan asimismo concentrarse libremente, libremente buscarse y pactar
para hacer agradable la vida, y veréis surgir, como coronamiento de este
hermoso edificio, la solidaridad universal de los humanos, la fraternidad
verdadera, el bienestar universal.
Una sociedad fundada en la igualdad de condiciones y la libertad más completa,
hará hermanos los hombres y la generosidad los sentimientos para remediar
todos los males y suplir todas las deficiencias.
[ ... ] Esto es, en suma, lo que queremos, la transformación que buscan
gran número de trabajadores, el ideal novísimo del proletariado anarquista.
La Cuestión Social, Valencia, 28 de mayo de 1892
Paniagua, Javier (1989): «Anarquistas y
socialistas», Historia 16, Madrid, p. 221‑224.
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