- 1.INTRODUCCIÓN.
- BASES SOCIALES Y POLÍTICAS DEL FRANQUISMO.
- LOS PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DEL RÉGIMEN.
- INSTITUCIONES DEL RÉGIMEN.
- LA DEMOCRACIA ORGÁNICA.
- EVOLUCIÓN DEL RÉGIMEN FRANQUISTA.
7. LA
OPOSICIÓN POLÍTICA AL FRANQUISMO:
8.
EL DECLIVE DEL RÉGIMEN (1969-1975):
9.
CONCLUSIÓN
____________________________________________________________
1.
INTRODUCCIÓN
![]() |
Primer Gobierno de Franco |
La
elección de Franco significó el establecimiento de un nuevo modelo
político: una dictadura personal y un régimen militar en el que
Franco acumulaba todo el poder. Se constituyó una Junta Técnica de
Estado, compuesta casi exclusivamente por militares, para asesorarle,
pero en la práctica las decisiones las tomaba el Caudillo.
El
fracaso en la conquista de Madrid, que se consideraba hecha, obligó
a iniciar un lento pero continuo proceso de institucionalización, al
hacerse evidente que la lucha se iba a prolongar. Se ha sostenido que
esa prolongación de la guerra, además, fue suscitada por el propio
Franco, con el doble objetivo de exterminar sistemáticamente al
enemigo, y también de afirmar su poder dentro de la España
nacionalista.
2.
BASES SOCIALES Y POLÍTICAS DEL FRANQUISMO:
A
pesar del monolitismo ideológico del régimen, que sólo las
circunstancias hicieron cambiar en lo accidental, Franco tuvo que
apoyarse en distintos sectores sociales que integraban el bloque
dominante: falangistas, monárquicos, militares, franquistas puros y
tecnócratas. Cada una de estas familias fue ganando o perdiendo
influencia a lo largo de la dictadura pero en última instancia era
Franco quien movía por propia voluntad las piezas del tablero.
Conviene diferenciar entre las instituciones y las “familias”:
- .- Las instituciones.
El
Ejército fue hasta
el último momento defensor del régimen y de su ordenamiento legal.
Su actividad no se ceñía a la defensa del territorio español, sino
que poseía jurisdicción sobre los delitos políticos mediante los
“consejos de guerra”. La mayoría, sobre todo los altos mandos,
compartía con Franco la ideología de la victoria de 1939: el
anticomunismo, su rechazo al separatismo y su dureza en cuestiones de
orden público.
La Falange
propugnaba una síntesis de patriotismo tradicional y autoritarismo
de corte fascista. De ahí tomó el régimen su principal arsenal
ideológico en las décadas de 1940 y 1950. Con el decreto de
unificación de 1937, Franco “se adueñó del partido” y la
Falange se diluyó en el llamado “Movimiento Nacional”.
La
Iglesia Católica
representó el elemento sancionador de la “legitimidad” del
franquismo: la guerra civil fue una “cruzada” contra el ateísmo
marxista y el Concordato de 1953 consolidaba la presencia de la
Iglesia en la enseñanza media y en
la vida intelectual,
convirtiéndose en propagadora de la ideología del régimen. Se
produjo una estrecha alianza entre la Iglesia y el “Nuevo Estado”:
los obispos participaban de instituciones como el Consejo del Reino y
las Cortes y el Jefe del Estado presentaba una terna al Papa para la
elección del obispo de cada diócesis.
![]() |
La censura del Régimen |
2.2.-
Las “familias” del
Régimen.
Las
“familias” políticas no institucionalizadas eran:
Los
monárquicos, que
nunca fueron un grupo de oposición muy combativo, estaban divididos
entre carlistas y donjuanistas. Los primeros recibieron algunos
cargos en el seno del régimen, en cierta manera encarnaban el
tradicionalismo católico y conservador que había defendido siempre
el carlismo. Los partidarios de don Juan, hijo de Alfonso XIII,
apoyaron al régimen y luego se apartaron de él al no restaurar la
monarquía constitucional que existía antes de la proclamación de
la II República.
Los
tecnócratas hicieron
su aparición en la década de 1960. Muchos de ellos eran monárquicos
“franquistas” o miembros del Opus dei. Para ellos el desarrollo
económico generaría un “bienestar” que sustituiría la política
ideológica y estas transformaciones sólo podían darse en un
régimen autoritario, pero “modernizado”.
Los
franquistas puros o integrales,
cuya seña de identidad era la “adhesión incondicional” al
Caudillo. El representante más claro de este grupo fue el almirante
Carrero Blanco. Para este grupo el franquismo aparecía como
inalterable. Formarán en los últimos años del régimen y en los
inicios de la transición el llamado búnker.
Podemos
decir que lo único
que unía a estos grupos era la fidelidad al Caudillo.
Por esta razón, el
franquismo no será posible sin Franco,
y a su muerte, lo que debía estar “atado y bien atado”, o sea,
el franquismo político- institucional, tuvo que ceder su lugar a un
proceso democratizador que la propia sociedad española exigía.
3.
LOS PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DEL RÉGIMEN:
La
dictadura de Franco no fue una dictadura fascista, ni militar, ni
totalitaria, fue una dictadura de carácter personal, con rasgos de
cada uno de las anteriores. En la dictadura franquista no hubo un
partido político, como en las fascistas, que impusiera su dominio
total, sino que existían distintas familias políticas, ante las
cuales Franco ejercía de juez y árbitro supremo. De hecho, el
poder se manifestó siempre en tres vertientes: civil, militar y
eclesiástica. Franco, así mismo, o el franquismo, tampoco disponía
de un cuerpo claro ideológico. Era un militar con escasa formación,
teniendo, como es propio en estos casos, unas pocas ideas políticas
simples y maniqueas. Fueron las distintas familias las que le
aportaron el bagaje ideológico, lo que se denomina pluralismo
limitado.
El
nacional-patriotismo.
Esta fue la principal aportación al régimen de los militares, una
visión unitaria y tradicionalista de España. Del espíritu militar
provienen las ideas de jerarquía, disciplina, austeridad,
autoritarismo, virilidad y fuerte represión que dominaron las
distintas etapas de la dictadura. Firmemente anticomunistas, después
de la depuración a que fue sometido por la guerra civil, era
defensor a ultranza de la unidad nacional y del orden público.
El
nacional-sindicalismo.
En el inicio de la formación del estado franquista Franco optó por
el fascismo italiano como modelo y, por tanto, la Falange, el partido
fascista español, aportó un gran bagaje ideológico. Esta fórmula
no pasará de la retórica de algunas leyes y discursos. En la
práctica, el franquismo no fue capitalista en el sentido liberal
clásico (Laissez faire), si bien su ideario socioeconómico
constituía una amalgama de los principios liberales sobre la
propiedad y los controles sindicales, laborales y políticos del
fascismo.
El
nacional-catolicismo.
Se traduce en la defensa de la religión y de la moral católica en
sus versiones más tradicionales. El catolicismo conservador es,
quizás, la fuente ideológica que más surtió al franquismo. De ahí
provino la moral, el tradicionalismo, el anticomunismo y el
antiliberalismo. El dominio que la Iglesia ejerció en la vida social
de la España franquista fue absoluto.
Su control de la educación era completo: la Iglesia era titular de gran parte de los colegios, y la enseñanza religiosa era obligatoria incluso en la Universidad. Además, tenía plena competencia en materia de censura y una presencia constante en los medios de comunicación. Se impuso una estricta moral católica, pública y privada, cuyo incumplimiento era castigado por el Código Penal.
Su control de la educación era completo: la Iglesia era titular de gran parte de los colegios, y la enseñanza religiosa era obligatoria incluso en la Universidad. Además, tenía plena competencia en materia de censura y una presencia constante en los medios de comunicación. Se impuso una estricta moral católica, pública y privada, cuyo incumplimiento era castigado por el Código Penal.
4.
INSTITUCIONES DEL RÉGIMEN:
- - Gobiernos: Hasta 1973 la jefatura del gobierno fue ejercida por Franco. Desde esta fecha fueron presidentes del gobierno Carrero Blanco y Arias Navarro. Los ministros eran una herramienta en manos de Franco, que los escogía y mantenía en sus puestos mientras tenía su confianza.
- - Gobernadores civiles: Dependían directamente del gobierno y eran sus representantes en cada una de las provincias.
- - Cortes Españolas: Fueron creadas en 1942 y sus miembros, llamados procuradores en recuerdo de los miembros de las tradicionales cortes estamentales del Antiguo Régimen. No eran un poder legislativo, sólo servían como organismo asesor y deliberador que colaboraba con el gobierno en la elaboración de las leyes.
- - Consejo Nacional del Movimiento. Era una especie de cámara alta o Senado.
- - Consejo del Reino. Era el órgano que asistía al Jefe del Estado en todos aquellos asuntos y resoluciones trascendentales que eran de su exclusiva competencia. Se creó cuando se estableció la separación de los cargos de Jefe de Estado y Presidente del Gobierno. Una de las funciones era la de proponer una terna de la cual el Jefe del Estado elegiría al Presidente del Gobierno.
- - Consejo Nacional de la FET y de las JONS. Venía a ser un alto organismo deliberante, asesor del Jefe Nacional y encargado, en caso de muerte o incapacidad de Franco, de proclamar a su sucesor.
- - Tribunal Supremo. Cúspide del poder judicial.
- - Alcaldes. Nombrados por los gobernadores civiles.
5.
LA DEMOCRACIA ORGÁNICA:
La
democracia orgánica como concepto es aquella en la que la
representatividad se encontraba en los "organos naturales del
Estado": Familia, Sindicato y Municipio, y no en los votos de
los ciudadanos. Así, no sólo era contraria al concepto de un
gobierno representativo basado en el sufragio universal sino que
prescindía de la división de poderes como salvaguarda de la ley.
Las libertades democráticas fundamentales de asociación y de
expresión se hallaban muy limitadas. En esas condiciones, la
organización de una oposición que desafiara al poder personal de
Franco o los principios de la democracia orgánica era imposible.
El
régimen franquista no permaneció inalterable durante sus casi
cuarenta años de vigencia. El franquismo de 1970 ya no era el
gobierno francamente personal de 1940. El régimen se enorgullecía
de su propia evolución, de su capacidad para adaptarse a las
circunstancias, de “perfeccionarse”.
En
1965 el régimen emprendió dos medidas institucionalizadoras
fundamentales:
- - La Ley de Prensa (1966) ponía fin a una etapa de prensa orientada, rígida y bajo unas normas excesivas de censura (ahora, censura a posteriori).
- - La Ley Orgánica del Estado (1966) definía una especie de monarquía limitada por las doctrinas e instituciones de un Movimiento Nacional. Tenía una constitución, consistente en las leyes que la Ley Orgánica reconocía como Leyes Fundamentales. Con la Ley Orgánica el largo proceso constituyente quedó completado y se dio por fin el paso culminante hacia la institucionalización del Estado Nacional. Reconocía y en algunos puntos modificaba las seis Leyes Fundamentales:
-
Ley
de Principios del Movimiento Nacional (1958),
que establecía los principios que debían inspirar toda la
actuación del Estado y que debían ser aceptados mediante
juramente por todos.
-
Fuero
de los Españoles (1945),
que establecía sus libertades y sus deberes.
-
Fuero
del Trabajo (1938)
que regulaba las relaciones entre el capital y los trabajadores.
-
Ley
de Constitución de las Cortes (1942).
- Ley
de Referéndum (1945)
que fijaba las condiciones para la sanción popular de las leyes
importantes.
-
Ley
de Sucesión (1947)
define a España como un reino sin rey, puesto que Franco es
proclamado Jefe de Estado vitalicio y se le concede la facultad de
elegir sucesor, sin ningún tipo de restricción.
6. EVOLUCIÓN DEL RÉGIMEN FRANQUISTA:
En
el régimen franquista no cabe la menor duda de que jugó un papel
decisivo la propia tenacidad
defensiva de Franco.
También, no obstante, la coyuntura
internacional, con el
desarrollo de la
guerra fría, tuvo
una influencia de primerísimo orden.
En
el terreno económico, por su parte, en 1939 España era una economía
agrícola con unos apéndices industriales concentrados en las
provincias vascas y Cataluña. Y en 1977, una austera sociedad
preindustrial se había convertido en una sociedad industrial.
España
había experimentado una revolución industrial y los pobres de las
zonas rurales habían emigrado en masa a las grandes ciudades
industriales. En 1939, cerca de la mitad de la población activa
española se dedicaba a la agricultura: en 1977 sólo quedaba menos
de una cuarta parte.
6.1.
Los años 40. Autarquía y aislamiento.
Durante
la II Guerra Mundial la España de Franco se debatió entre la
intervención y la no-intervención, aunque mostrando hasta 1944 un
decidido apoyo por el Eje. Al final la primera opción no se llegó a
materializar más por las escasas ganancias que podría concederle el
III Reich a España, que por la falta de interés y avidez
imperialista de Franco.
A
nivel económico, en
1940 la Guerra Civil
había provocado una recesión
económica sin
precedentes.
Hasta
los años 50 la España nacional estuvo tratando de rehacerse con los
instrumentos de una economía de guerra forjados en los años
1937-1939, bajo la influencia de los modelos fascistas.
Las
dos ideas centrales eran la autarquía
y el intervencionismo.
Una economía
autosuficiente, autofinanciada, protegida
frente a la competencia exterior mediante elevadas tarifas aduaneras,
que sería creada y reglamentada por la intervención del Estado.
Esta política generó
más miseria que
la que creó la Guerra Civil.
En
el caso de la
agricultura, el
intervencionismo llegó a extremos delirantes. Se implantaron los
llamados "precios
de tasa" y se
obligó a los cultivadores a entregar la mayor parte de sus cosechas
a dichos precios, imaginando que de esa forma se conseguiría
asegurar el abastecimiento.
Una
serie de organismos se encargaron de la recogida de los cupos y de su
ulterior reparto a la población por medio del racionamiento:
el Servicio
Nacional del Trigo, la Comisaría Nacional de Abastecimiento y Transporte. Muy pronto, sin embargo, se empezaron a manifestar los fallos del sistema. En primer lugar, los cultivadores optaron por producir bienes alternativos no sometidos a regulación o por realizar ventas clandestinas.
Nacional del Trigo, la Comisaría Nacional de Abastecimiento y Transporte. Muy pronto, sin embargo, se empezaron a manifestar los fallos del sistema. En primer lugar, los cultivadores optaron por producir bienes alternativos no sometidos a regulación o por realizar ventas clandestinas.
De
esta manera, la
escasez aumentó y los precios se dispararon,
dando lugar a la aparición del mercado
negro (estraperlo),
en cuyo seno las cantidades comercializadas llegaron a superar a las
canalizadas de forma oficial.
En
cuanto al sector
secundario, la
orientación de la política económica es similar. El
intervencionismo se materializa en este caso en la creación del
Instituto Nacional
de Industria (INI)
en 1941, auténtico "holding" estatal inspirado en el IRI
de Mussolini. Su misión consistía en la organización de
empresas, financiadas por el erario público, que actuaron
fundamentalmente o en el sector de fabricación de armamento e
industria paramilitar o en sectores cuya finalidad era la explotación
de recursos naturales, la producción de energía eléctrica y la
sustitución de importaciones que llevaba la política autárquica.
El
Estado toma a su cargo el sector de los transportes ferroviarios
creando la RENFE.
Mientras, el sector privado se veía sujeto a un rígido control
que no se suavizaría hasta la década de los cincuenta.
La
vida cotidiana se iba
a caracterizar hasta bien avanzados los años cincuenta por cuatro
fenómenos relacionados entre sí: la escasez
-hambre en muchos casos-, la inflación,
el mercado negro y la
corrupción, ya que
la masa hambrienta y empobrecida coexiste con la emergencia de una
casta de nuevos ricos que derrocha el dinero de manera ostentosa. La
situación llegó a ser tan difícil en las ciudades que el proceso
de urbanización acelerado a partir de 1910 invierte su tendencia. Es
decir, la población española se ruraliza: el porcentaje de
habitantes del campo vuelve a ser superior al de las ciudades.
Asimismo, se produce una regresión de la población activa hacia el
sector agrario, cuyos trabajadores vuelven a tener una porción
mayoritaria (50,52%), que habían perdido en el censo de 1930.
![]() |
El estraperlo |
Para
terminar,
es necesario recordar que
la derrota del Eje
fue también una derrota para España. Significó sobre todo, su
aislamiento
internacional, pues
se sometía a España a un boicot económico y político. El efecto
de este boicot se sumó a las consecuencias de la propia Guerra
Civil. El resultado para la economía española fue nefasto.
6.2.
Los años 50: el final del aislamiento.
Los
años 50 propiciaron una apertura
de España hacia el exterior,
facilitada, entre otras cosas, por el surgimiento
de la guerra fría, y
el probado anticomunismo del régimen. En estos años se mejoran las
relaciones con El Vaticano, con el que se
renueva el Concordato de 1851
en 1953.
Las
negociaciones militares con
EE.UU. seguían su
proceso, y culminaron con tres acuerdos que conformaban el llamado
Pacto de Madrid
(1953),
que sentaban las bases para la defensa mutua, de tal modo que se aseguraba el apoyo militar y económico de España, y se permitía la construcción y uso durante 10 años de tres bases áreas y una naval en territorio español. No hay duda de que esta relación fortaleció la imagen del Régimen en el interior y exterior del país. En 1955 España, además, ingresaba en la ONU.
que sentaban las bases para la defensa mutua, de tal modo que se aseguraba el apoyo militar y económico de España, y se permitía la construcción y uso durante 10 años de tres bases áreas y una naval en territorio español. No hay duda de que esta relación fortaleció la imagen del Régimen en el interior y exterior del país. En 1955 España, además, ingresaba en la ONU.
En
el terreno económico, al iniciarse la década de 1950 el fracaso de
la política autárquica era ya claro incluso para los propios
jerarcas del franquismo que defendían este modelo.

Pero
la prosperidad era
sólo aparente. Los
presupuestos seguían siendo deficitarios y la balanza comercial
también. A partir de 1955 se produjeron huelgas y protestas. En
realidad, ni Franco ni sus asesores, completamente ignorantes en la
materia, sabían cómo dirigir la economía.
Hubo
que esperar a la crisis de gobierno de 1957 para convencer al
dictador, que aceptó entregar la dirección económica a los
“tecnócratas” del
Opus Dei.
- 6.3. Los años 60: desarrollismo y cambio social.
La
reforma económica que
se puso en marcha en 1959
tenía como objetivo conseguir un fuerte ritmo de crecimiento, una
rápida industrialización y la conexión de la economía española
con la internacional.
El Decreto-Ley de
Nueva Ordenación Económica
de aquel año se aprobó tras superar las reticencias de casi todo el
gobierno. Era un plan
de estabilización
típico. Se trataba
de liberalizar la economía, mediante la supresión de trabas
burocráticas, el recorte del gasto público y la apertura al
exterior.
El plan se inició
con una serie de medidas restrictivas.
Para reducir el gasto del Estado se suprimieron organismos
burocráticos, se recortó el presupuesto y se subió el precio de
los servicios públicos. También se liberalizaron los precios
protegidos, aumentaron los tipos de interés y se restringieron los
créditos bancarios. Al
mismo tiempo se
devaluó la peseta,
fijando un tipo de cambio más realista. También quedaron
liberalizadas las inversiones extranjeras.
Consecuencia
inmediata fue la entrada
masiva de capitales de las multinacionales
en sectores clave, como el energético. Los resultados fueron
inmediatos. Entre 1959
y 1960 se produjo,
como era previsible, un fuerte
parón económico:
caída de salarios, de precios y del consumo. Pero se consiguieron
los objetivos de reducción del déficit y de acumulación de
capitales, y a partir
de 1961 comenzó el
proceso de
relanzamiento. La
economía española creció a un ritmo altísimo, que se basó sobre
todo en el aumento del sector industrial y de servicios, y propició
un profundo cambio en la sociedad española.
El
crecimiento de la industria produjo una intensa inmigración
de mano de obra hacia las grandes
ciudades. Otros
muchos buscaron trabajo en
Europa. El resultado
fue el
alza de salarios en el campo, al disminuir la oferta de mano de obra,
lo que a su vez impulsó la mecanización de las tareas agrícolas.
La
balanza de pago dejó de ser deficitaria,
en buena parte gracias a las divisas
obtenidas por la entrada masiva de
turistas, que
llegaron a cubrir el 80 % del déficit comercial. A las divisas de
los turistas se sumaron las inversiones
extranjeras y las
aportaciones de los
emigrantes, que
enviaban buena parte de sus ganancias en Europa para el mantenimiento
de sus familias.
A
partir de 1963 el
Gobierno intentó regular el crecimiento mediante los llamados Planes
de Desarrollo.
Se trataba de conseguir, en periodos de tres años, una serie de
objetivos de crecimiento en sectores clave, mediante incentivos
fiscales y ayudas estatales. Se
crearon los llamados polos
de desarrollo
para promocionar la
instalación de nuevas industrias y así generar empleo en zonas
deprimidas. Pero el resultado
fue decepcionante,
porque no se cumplieron los objetivos previstos.
No
obstante, este crecimiento económico produjo un cambio social sin
precedentes. El
crecimiento de una
clase media cada vez
más importante numéricamente. Esta clase media sería la
protagonista de la transición a la democracia. España dejó de ser
un país rural y agrícola para ser urbano.
7.
LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL FRANQUISMO:
- 7.1 .Primera etapa del franquismo (1939-1959):
Durante esta fase destacan tres frentes: el movimiento obrero, los grupos monárquicos y el maquis o guerrilla.
La
actividad clandestina de pequeños grupos del PCE,
del PSOE y de la CNT
nunca se interrumpió. Incrementaron sus actuaciones tras el final de
la II Guerra Mundial con huelgas en Cataluña (1945) y el País Vasco
(1947).
Los
grupos monárquicos
practicaron una oposición basada en la conspiración. El momento más
difícil para el dictador se produjo cuando en 1943 los tenientes
generales dirigieron una carta colectiva a Franco en la que le pedían
la restauración de la monarquía. Dos años más tarde, el conde de
Barcelona, Juan de
Borbón, hijo de
Alfonso XIII, hizo público en Lausana (Suiza) un manifiesto en el
que solicitaba a Franco que se retirara para restaurar la monarquía
en su persona.
El
maquis o guerrilla se
constituyó a partir de dos grupos diferentes. El primero de ellos se
formó a partir de núcleos que subsistían diseminados por zonas de
montaña desde finales de la Guerra Civil. Su objetivo era continuar
la guerra. El segundo grupo lo constituían unidades que habían
luchado victoriosamente contra los alemanes en la II Guerra Mundial,
que intentaban trasplantar aquella experiencia a España. Entre 1944
y 1950 intervinieron en varias zonas, y su acción más espectacular
fue la ocupación del valle de Arán. El aislamiento de los grupos
guerrilleros, la represión y el recuerdo de la guerra entre la
población civil explican su fracaso.
En
la década de
1950 la
oposición interior experimentó tres
cambios significativos:
- la renuncia a la práctica violenta,
- la transformación social y generacional de sus miembros
- el impulso de la actuación opositora en las universidades y en el seno de los sindicatos franquistas. Las acciones más frecuentes de la oposición eran las convocatorias de huelga.
- 7.2 .Segunda etapa (1959-1975):
Durante
la década de 1960 y
la primera mitad de la de 1970
la oposición se fue fortaleciendo paulatinamente y las críticas al
régimen se extendieron a toda la sociedad. La conspiración
monárquica impulsada
por personas vinculadas a Juan de Borbón continuó. La actuación
del movimiento obrero,
con huelgas, reuniones, asambleas, manifestaciones, etc., se hizo
mucho más rotunda y coincidió con la agitación en el ámbito
universitario.
Esta segunda fase se halla también marcada por las acciones
terroristas del FRAP y ETA,
las protestas de los trabajadores y de los estudiantes mezclaban
las reivindicaciones económicas y laborales con las netamente
políticas, como el
rechazo del sindicalismo oficial y la demanda de libertad sindical y
de derechos políticos.
8.
EL DECLIVE DEL RÉGIMEN (1969-1975):
Tras
el nombramiento de Juan Carlos como sucesor en la Jefatura del Estado
en julio de 1969, el que era vicepresidente del gobierno, almirante
Carrero Blanco, se esforzó en sentar las bases de una transición
pacífica hacia la “Monarquía del 18 de julio”.
- 8.1 Carrero Blanco y el fracaso del aperturismo (1969-1973)
Después del escándalo político-financiero originado por el caso Matesa (1969, uso indebido de créditos por esta empresa), Franco separó del gobierno a los ministros responsables, y a Fraga que dio publicidad al delito. El vicepresidente Carrero, en octubre de 1969, se hizo cargo del nuevo gobierno, que trazó un amplio programa político tendente a relanzar la economía, abrir España hacia el exterior (acuerdo comercial con la CEE) y la Reforma educativa con la ley de 1970.
El
malestar laboral entre 1970 y 1974 fue creciendo y ETA se mostró
especialmente activa. A principios de 1973 el enfrentamiento entre
los aperturistas y los ultraconservadores provocó una crisis de
gobierno que resolvió Franco separando por primera vez la Jefatura
del Estado y la del gobierno (Junio de 1973). El nuevo gabinete, que
practicó “un giro a la derecha” apenas si se estrenó, pues el
20 de diciembre de 1973 el presidente Carrero
Blanco moría en
Madrid víctima de un atentado
de ETA.
- 8.2. Los gobiernos de Arias Navarro (1974-1975)
En
enero de 1974 Franco nombró nuevo presidente del gobierno a Carlos
Arias Navarro. Su
gobierno debía hacer frente a la crisis económica (crisis del
petróleo de 1973), el orden público y el desarrollo
político. Ante
la convicción de que el fin biológico del dictador se encontraba
cerca, Arias presentó el 12 de febrero de 1974 un
programa de
carácter aperturista
que fue denominado “espíritu
del 12 de febrero”.
![]() |
Viñeta de Perich sobre el Espíritu 12 febrero |
Sin
embargo, Arias Navarro fracasó por una acumulación de
circunstancias:
- Por la resistencia de la derecha franquista.
- Por la creciente presión del terrorismo.
- Por la durísima política de orden público.
- Finalmente, porque en el fondo Arias era demasiado conservador y franquista como para haber realizado una democratización verdadera.
9.-
CONCLUSIONES.
En
conclusión, el régimen de Franco tuvo siempre como principal
legitimación de origen el haber surgido de la victoria en la guerra
civil e intentó en todo momento resaltar los rasgos que le oponían
a la vencida República. Desde un principio se declaró como
antiliberal y antimarxista y reforzó los aspectos externos que le
identificaban con los fascismos europeos, aunque tal vez el rasgo más
peculiar del régimen fue su identificación con la iglesia católica
y su marcada influencia clerical (nacional catolicismo).
Nacido
de la fuerza, se apoyó siempre en una despiadada represión contra
los que se le oponían. Por todo ello, podemos considerar al
Franquismo como uno de los periodos más turbios de la Historia de
España, ya que a pesar del desarrollo económico que vivió España,
sobre todo a partir de la década de 1960, desde el punto de vista
político supuso un retroceso con respecto a los logros de libertades
y derechos conseguidos en la II República, y desde el punto de vista
cultural, se implantó una fuerte censura cuyo objetivo era el de
imponer los valores de los vencedores e impedir la difusión de ideas
que supusieran un peligro para el régimen establecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario