1. INTRODUCCIÓN
2. REVOLUCIÓN DE 1868
2.1 Las causas de la Revolución.
2.2 Inicio y desarrollo de la Revolución
3. EL GOBIERNO PROVISIONAL
3.1 Principales medidas y decretos.
3.2 La Constitución de 1869.
4. LA REGENCIA DE SERRANO
4.1 Medidas legislativas.
4.2 Medidas económicas.
4.3 La Guerra de Cuba.
4.4 Movimientos populares.
4.5 Búsqueda de un nuevo Rey.
5.
REINADO DE AMADEO I (Enero de 1871-11 de febrero de 1873)
6.- LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874)
6.1 Las fuerzas políticas: El auge del
republicanismo
6.2 La proclamación de la República
6.3 Los problemas internos
6.4 Los gobiernos de la República
6.5 El fin de la experiencia republicana:
el Golpe de Pavía y la República Autoritaria
III. CONCLUSIÓN
1. INTRODUCCIÓN
En 1868 tiene lugar en España una profunda crisis en la que podemos observar tres planos: crisis económica (freno de la industria algodonera catalana, falta de capital para el ferrocarril, alza de los precios de los cereales, retroceso en la capacidad adquisitiva del campesinado español, muchos sin tierra), crisis social con insurrecciones campesinas y obreras y el deseo de la burguesía baja y obreros de participar en la política y crisis moral protagonizada por la reina. En ese contexto la oposición de progresistas, demócratas y republicanos acuerdan en el Pacto de Ostende convocar una nueva Asamblea Constituyente y emprender acciones contra la monarquía de Isabel II.
El Sexenio Revolucionario significó el intento de implantar un liberalismo democrático, de extender la participación política a las clases medias y populares, el protagonismo de los partidos progresista, democrático y republicano. Este intento, no obstante, va a fracasar después de seis años de gran inestabilidad. Con la Restauración la oligarquía recuperará el poder político temporalmente perdido.
2.-LA REVOLUCIÓN DE I868, “La Gloriosa”
2.1 Causas
de la Revolución.
Causas económicas. El desarrollo de la época de Isabel II finaliza con
una fuerte crisis a partir de 1860 agudizada a finales de 1866. Una crisis
financiera e industrial, culminando con la gran crisis capitalista a nivel
internacional que coincidió con una crisis de subsistencia:
Crisis Financiera provocada por la bajada del valor de las
acciones en Bolsa, tras la crisis de los ferrocarriles.
Crisis Industrial sobre todo en Cataluña. La industria
textil se abastecía sobre todo de algodón de EEUU pero la Guerra de Secesión encareció
el producto provocando el alza de precios y un descenso de la demanda.
Crisis de subsistencia que se inicia en 1866: malas cosechas,
escasez de trigo básico para la elaboración del pan. Los precios empiezan a
subir.
La combinación de la crisis industrial y
agrícola agravó la situación. En el campo aumentó la violencia y en las
ciudades se incrementó el paro.
Causas políticas y sociales. Existe un fuerte descontento social a
finales de los años sesenta contra el sistema isabelino:
o Los comerciantes pedían soluciones a los
problemas de la Bolsa.
o Los industriales reclamaban una política
proteccionista para proteger sus productos.
o Los obreros y campesinos denunciaban su
miseria.
o El Gobierno actuaba a golpe de decreto,
cerrando las Cortes.
La actuación de
los gobiernos que se sucedieron entre 1863 y 1868 acrecentó la oposición al
régimen, evidenciando el agotamiento del gobierno moderado. En 1866, tras los
sucesivos fracasos de los pronunciamientos del general Prim y de los sargentos
del cuartel de San Gil, progresistas y demócratas exiliados a los que se
unieron en noviembre de ese mismo año los unionistas tras la muerte de
O`Donnell (hecho fundamental para el triunfo de la revolución pues a dicho
partido pertenecían miembros de peso del ejército) acordaron un programa mínimo
en el PACTO DE OSTENDE (Bélgica) en 1866. Dicho pacto proponía el fin de
la monarquía isabelina y nuevas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio
universal.
2.2. Inicio
y desarrollo de la Revolución
El origen del
Sexenio Democrático fue la Revolución de septiembre de 1868 conocida como la
“Gloriosa”. Se inició en Cádiz el 18 de septiembre de 1868 con un
pronunciamiento militar (Manifiesto "Viva España con
honra") dirigido por los generales Prim y Serrano, líderes el primero de los
progresistas y el segundo de la Unión Liberal. Se les une Juan Bautista Topete,
unionista, al mando de la Armada y Domingo Dulce.
Topete |
La escuadra
concentrada en la bahía de Cádiz, al mando de Topete, protagonizó un alzamiento
militar contra Isabel II. Prim exiliado en Londres y Serrano, desterrado en
Canarias, se reunieron con los sublevados y consiguieron el apoyo del pueblo de
Cádiz. En los días siguientes, con tres fragatas Prim fue sublevando a las
provincias de las costas andaluzas y Cartagena. La insurrección se propagó por
Andalucía: Málaga, Almería, Huelva, Sevilla, Córdoba. De igual modo, se
extendió por distintas ciudades de España, gracias al apoyo del pueblo,
liderado por los demócratas, que organizaron Juntas Revolucionarias.
Las tropas
gubernamentales al mando del general Manuel Pavía fueron derrotadas por Serrano en el Puente de Alcolea (Córdoba) el 28 de
septiembre, quedando expedita la entrada a Madrid. El gobierno dimitió e Isabel
II, que se hallaba de vacaciones en San Sebastián, huyó a Francia.
Los verdaderos protagonistas de la sublevación fueron las fuerzas
populares, sobre todo urbanas, dirigidas por los demócratas y republicanos, y
las Juntas revolucionarias que organizaron el levantamiento y
movilizaron al pueblo. Pedían libertad, soberanía, separación de
Estado-Iglesia, supresión de quintas, sufragio universal, una república...
ideales algunos de los cuales no compartían con unionistas y progresistas. El
manifiesto de los sublevados “España con honra” defendía un gobierno
provisional, sufragio universal y criticaba a los borbones.
El
pronunciamiento se consolidó gracias a la acción de las Juntas revolucionarias
locales y provinciales que propagaron la revolución. El poder político fue
ejercido por la Junta Revolucionaria de Madrid, que confió el poder al general
Serrano y este se apresuró a tomar medidas para estabilizar la revolución, como
el control de la administración del Estado, la promulgación de decretos y la
convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes.
3.- EL GOBIERNO PROVISIONAL
Como hemos
dicho, durante los meses iníciales de la revolución, hasta la convocatoria de
Cortes Constituyentes, el poder político es ejercido por las Juntas
Revolucionarias y en especial la Junta Revolucionaria de Madrid que encarga al
general Serrano, el 8 de octubre, la
formación del Gobierno provisional.
Este Gobierno
estará presidido por Serrano y será integrado por progresistas (Prim, Sagasta,
Figuerola y Zorrilla) y unionistas (Topete): Prim en Guerra, Sagasta en
Gobernación, Topete en Marina y Figuerola en Hacienda.
Prim
(Progresistas) pasa a ser nombrado jefe de gobierno y Serrano
(Unionistas) es declarado
regente.
Se excluyeron a
los demócratas, que tenían el apoyo del pueblo, en concreto de las ciudades, y
que defendían derechos democráticos y la supresión de las quintas y los
consumos. El problema de quintas no se solucionará ante el estallido de la
guerra de Cuba, que se inicia al “Grito de Yara” y que obliga al reclutamiento
forzoso de quintas.
Prim exige la
disolución de las Juntas, que desaparecen en pocos meses, y sus miembros son
paulatinamente traspasados a las Diputaciones. El gobierno provisional promete
cumplir la mayor parte del programa demócrata a excepción de la supresión de
las quintas. Esto provocó la escisión del partido demócrata en dos facciones:
o Los cimbrios:
no les importaba monarquía o república solo defendían las ideas democráticas.
o Los republicanos
que defendían la necesidad de la república como una auténtica democracia.
Pero una de las cuestiones clave era la forma de gobierno, monarquía o república, que debían decidir unas Cortes constituyentes. Se convocaron elecciones en marzo y se celebran en junio, fueron las primeras elegidas por sufragio universal, dieron la mayoría a los partidos de la coalición antiborbónica –unionistas, progresistas y demócratas–, partidarios de una monarquía democrática.
Pero una de las cuestiones clave era la forma de gobierno, monarquía o república, que debían decidir unas Cortes constituyentes. Se convocaron elecciones en marzo y se celebran en junio, fueron las primeras elegidas por sufragio universal, dieron la mayoría a los partidos de la coalición antiborbónica –unionistas, progresistas y demócratas–, partidarios de una monarquía democrática.
A
la izquierda se situó una fracción del partido demócrata
partidaria de la República, y que formó el
Partido Republicano
Federal.
El nuevo
gobierno es reconocido inmediatamente por los gobiernos europeos, a excepción
de Reino Unido y la Santa Sede que se alarma ante el clima anticlerical.
3.1 Medidas
y decretos
Se promulgaron
una serie de decretos para dar satisfacción a las demandas populares. Entre
ellos destacan:
a.- Disolución y expulsión de la compañía
de Jesús. Incautación de sus bienes.
b.- Derogación del fuero eclesiástico.
c.- Establecimiento del derecho de
reunión.
d.- Aprobación del derecho de asociación.
Introduciéndose así la AIT en España.
e.- Establecimiento del sufragio
universal masculino (mayores de 25 años).
f.- Convocatoria de elecciones
constituyentes.
3.2 La Constitución de 1869.
Celebradas el
15 de enero de 1869, las elecciones, en las que se usó el Sufragio Universal,
dieron la victoria a una mayoría centrista formada por unionistas, progresistas
y demócratas monárquicos. Las Cortes, tras designar a Serrano como Regente y a
Prim como Presidente de Gobierno, acometieron seguidamente la tarea de aprobar
una nueva Constitución.
Inspirada en la
constitución de 1812 y 1837, es considerada la primera Constitución democrática
de nuestra historia. Promulgada el 1 de julio de
1869 con 112 artículos, fue defendida por los partidos que impulsaron la revolución de septiembre de 1868 .
1869 con 112 artículos, fue defendida por los partidos que impulsaron la revolución de septiembre de 1868 .
Recoge el
principio de soberanía nacional y desarrolla una declaración de derechos
mucho más amplia que otras Constituciones (libertad de enseñanza, igualdad para
obtener empleo, libertad de culto,
derecho
de reunión de asociación, el juicio por jurados, el sufragio
universal y
directo para los hombres mayores de 25 años)
El poder legislativo queda
establecido en dos cámaras con iguales competencias:
1.-El Congreso con diputados
mayores de edad, elegidos por sufragio universal masculino directo.
2.- El Senado formado por hombres
mayores de cuarenta años que hayan sido presidentes del Congreso, ministros,
diputados en tres elecciones, capitanes generales, Rector de Universidad,
Obispo... El Senado es elegido indirectamente por las provincias.
Las Cortes, independientes respecto la
Corona y del Gobierno, tienen la potestad de hacer las leyes. El rey
tiene iniciativa legislativa y capacidad para convocar y disolver las cámaras.
Sólo promulga leyes, no puede vetarlas.
El Poder judicial reside en los
tribunales de justicia. Cabe destacar en este ámbito la implantación del
Juicio por Jurados para todos los delitos políticos y comunes que la ley
establezca.
Otros aspectos a destacar son:
- El Estado se obliga a mantener el culto
y los ministros de la religión católica, aunque se reconoce la libertad de
cultos. Obliga a jurar la constitución al clero.
- -Las provincias de Ultramar, Cuba y
Puerto Rico, gozan de los mismos derechos que las peninsulares, mientras
Filipinas queda gobernada por una Ley especial.
4. LA REGENCIA DE SERRANO
Tras la
aprobación de la Constitución de 1869, el general Serrano se hace cargo de la
Regencia. Los grandes ejes de la política del Gobierno son dos: desarrollar una
legislación adaptada al marco democrático y la búsqueda de un nuevo rey.
4.1 Medidas
legislativas:
Ley de Matrimonios civiles: matrimonio
sin tutela eclesiástica.
Ley del poder Judicial: estructura de la
justicia con un Tribunal Supremo y por debajo, Audiencias, Tribunales de
Partido y los Juzgados.
Reforma del Código Penal: adaptado al
liberalismo democrático.
4.2 Medidas económicas
- Creación de la peseta como moneda única nacional, equivalente a cuatro de los antiguos reales en un intento de unificar el sistema monetario.
- Defensa del liberalismo económico con la apertura del mercado español a la entrada de capital extranjero con la Ley de Minas de 1871.
- Ley de Bases Arancelarias aprobada en julio de 1869 que pretende poner fin al proteccionismo de la economía española. Medida que contó con la oposición de la industria catalana y los cerealistas del interior que veían peligrar el monopolio sobre el mercado español.
- Introdujo la contribución personal que gravaba a todos los ciudadanos de forma directa según la renta.
- Esta es en esencia la obra fundamental del Ministro de Hacienda, Laureano Figuerola
4.3 OPOSICIÓN AL GOBIERNO PROGRESISTA
Los
mayores problemas a los que se tuvieron que enfrentar fueron:
- El descontento de los republicanos por la trayectoria que el Gobierno provisional impuso a la revolución al inclinarse por la monarquía. Por otra parte estaban los carlistas que también se oponían al gobierno.
- Las crisis agrarias de 1867–1868 desataron la rebeldía de campesinado andaluz. El fracaso de la sublevación produjo el desengaño del campesinado hacia los partidos políticos. Desde 1872 con la introducción en España de la I Internacional, en su versión anarquista, apolítica y colectivista encontró eco en ese campesinado desengañado.
- De igual modo la escasez, la carestía y la protesta contra los consumos y las quintas provocó motines populares urbanos. Surge la huelga.
- El Sexenio tuvo en la guerra de Cuba (1868–1878) otro problema de gran envergadura. La falta de respuesta por parte el gobierno y las ansias independentistas cubanas provocaron un movimiento secesionista dirigido por Céspedes.
Duró una década
(1868-1878).Sublevación de la minoría independentista dirigida por Carlos
Manuel de Céspedes (doc. 1) que se inicia al “Grito de Yara”, lugar situado en
la parte oriental de la isla el 10 de octubre. El conflicto se limitó al este
de Cuba y se basó en utilizar, con el apoyo de Estados Unidos, la guerrilla
para hostigar a las tropas españolas. La guerra terminó con la Paz de Zanjón (1878).
4.4 Movimientos
populares
A lo largo del
periodo de la regencia hubo una fuerte conflictividad social, que se mantuvo a
lo largo de todo el Sexenio. El campesinado, esencialmente el andaluz y
extremeño, demandaba un mejor reparto de la tierra. En los medios urbanos
se protestaba contra los consumos, las quintas y el aumento de los precios. El
naciente movimiento obrero sufrió un proceso de radicalización en
demanda de la mejora de las condiciones salariales y de trabajo. Agitación
política: la hubo desde el mismo comienzo de la Revolución: sublevaciones
republicanas en Cádiz y Málaga (diciembre 1868) y Jerez (marzo 1869) en
Cataluña (septiembre-octubre de 1869).
4.5 Búsqueda
de un nuevo Rey
La Constitución
de 1869 establecía como régimen político una monarquía democrática; por tanto, la principal tarea institucional
consistió en encontrar un monarca que sustituyese a los desacreditados
Borbones.
La elección fue
muy difícil, debido a cuestiones de política internacional o a condiciones
especiales de los candidatos que complicaron el proceso. Prim rechazó al duque
de Montpensier, cuñado de Isabel II, por su antiliberalismo. Éste era el
candidato de la Unión Liberal y se sospechó de su implicación en el asesinato
de Prim en 1870. Alfonso, el hijo de Isabel II, fue rechazado por su
condición de Borbón. El príncipe prusiano Leopoldo de Hohenzollern por
la oposición del emperador francés Napoleón III. Espartero y el ex rey
de Portugal Fernando de Coburgo no aceptaron la propuesta. Finalmente,
fue elegido, el candidato de Prim y los progresistas: Amadeo de Saboya, hijo
del rey Víctor Manuel II (el que unificó Italia) y con buena reputación de
demócrata, dinastía que gozaba de gran popularidad por haber sido la artífice
de la unificación de Italia y haber hecho frente al papado durante el proceso.
5.- REINADO DE AMADEO DE SABOYA (1871-1873)
El nuevo rey,
de sólo veintiséis años de edad, fue elegido rey de España por las Cortes el 16
de noviembre de 1870, y llegó al país el 30 de diciembre. Tres días antes
habían asesinado al general Prim, con lo que el nuevo monarca se quedó sin su
valedor y consejero más fiel. El 2 de Enero, Amadeo de Saboya fue proclamado
rey y, tras tomarle juramento, las Cortes Constituyentes se disolvieron para
iniciar una nueva etapa de monarquía democrática.
Amadeo
de Saboya no empezó bien su reinado: en la votación de las
Cortes sólo contó con el apoyo 191 votos de los 311 diputados presentes.
Apoyado por progresistas y unionistas y rechazado por aristócratas, el Clero, y
las camarillas cortesanas de la época de Isabel II; una parte del ejército
rechazó jurar fidelidad al nuevo monarca.
Los factores que dificultaron su reinado
los podemos sintetizar en:
- · Disputas internas entre progresistas y demócratas
- · Oposición del partido alfonsino, liderado por Cánovas, representante del Conservadurismo.
- · Oposición del movimiento obrero.
- · Guerras carlistas (terceras) y coloniales.
- · Oposición de la Iglesia contraria a la nueva situación, sobre todo después del decreto de Prim que obligaba al clero a jurar la Constitución de 1869.
·
Oposición
republicana. En 1872 se
produjeron nuevas insurrecciones de carácter federalista, en las que se
combinaba la acción de los republicanos con la influencia de las ideas
internacionales, el anarquismo, que hicieron aumentar aún más la inestabilidad
del régimen.
·
La
oposición de la élite del dinero, opuesta a un régimen que legislaba en contra de sus intereses:
abolición de la esclavitud en Cuba, regulación del trabajo infantil, etc.
Las dificultades
económicas del Estado teniendo que recurrir a la emisión de deuda pública.
El
mayor problema de la Monarquía Democrática fue el de Cuba. La alta
burguesía española
obtuvo sus grandes fortunas de Cuba; asimismo,
los antiabolicionistas tuvieron un importante
papel en el movimiento
alfonsino, siendo el marqués de Manzanedo uno de los principales
inspiradores del movimiento antiabolicionista.
Los
problemas, en primer lugar, derivaban del hecho de que entre la
sociedad cubana y la
española las diferencias eran crecientes. Los
productores de azúcar y tabaco concedían cada vez
más importancia
a Estados Unidos como mercado natural, mientras que se agudizaban
las
tensiones entre criollos y peninsulares.
Había
también una cuestión político–administrativa. El Capitán
General, autoridad suprema
en Cuba, tenía unos poderes que
equivalían a los de un monarca absoluto. La distancia y la
inestabilidad política en la Península impedían que desde ésta se
ejerciera el poder con decisión
y coherencia.
De
hecho, el Capitán General en el momento, Francisco Lersundi, adoptó
una
política de dura represión que fue ya irreversible al poco
tiempo.
La
sublevación aconteció muy poco después de la revolución, tras el
llamado gritó de Yara
(octubre, 1868). Su foco principal se sitúo
en el oeste de la isla y tenía como principales líderes
a Maceo y
Gómez. La “guerra larga”, en realidad, no fue más que una
interminable guerrilla
que tardó diez años en ser erradicada. Una
buena parte de los dirigentes republicanos y alguno
de los
intelectuales más conocidos formó parte de la sociedad
abolicionista de la esclavitud,
cuestión que estaba planteada en la
política española en torno a 1872–1873.
POR OTRO LADO, EL CARLISMO. La
desaparición de Isabel II creó nuevas esperanzas de que se volviera
a la línea dinástica
representada de Carlos María Isidro, cuyo
candidato era el autodenominado Carlos VII.
La
práctica del sufragio universal permitió a los Carlistas triunfar
en las elecciones de 1869 en
todo el Pais Vasco y Navarra, mientras
que la libertad de imprenta hizo posible la existencia de
periódicos
carlistas. Pronto los carlistas se dividieron en dos tendencias, unos
querían la defensa
de la actuación en la legalidad (Cándido
Nocedal y sus neocatólicos) y otros querían la
sublevación
militar.
En
1872 se produjo una sublevación general del carlismo pero don Carlos
fue derrotado en
seguida y durante algunos meses el carlismo quedó
reducido a tan sólo unas cuantas partidas. A
final de año se
produjo una nueva sublevación, inicialmente de poca envergadura,
pero que se
fue extendiendo sobre todo a partir de la proclamación
de la República.
En
1873 don Carlos volvió a España y tomó Estella.
Ahora bien, la
crisis final del reinado de Amadeo de Saboya fue resultado de la desintegración
de la coalición gubernamental (unionistas, progresistas y demócratas).
En
el seno del partido más sólido de la coalición, el Progresista, se
produjo la ruptura. De un
lado Sagasta, con la parte
constitucionalista, y por el otro Ruiz Zorrilla, con el sector más
radical.
Así, en
dos años se formaron seis gobiernos y hubo que convocar elecciones tres veces;
mientras la oposición, a partir de 1872, practicaba un total abstencionismo
como forma de presión política. Finalmente, privado de todo apoyo, el 11 de
febrero de 1873, ante tantos problemas Amadeo renuncia por
considerarse incapaz de poner de acuerdo a los españoles, dejando una impresión
de país ingobernable y contrario a una monarquía democrática.
6.- LA PRIMERA REPÚBLICA.
6.1. Las fuerzas políticas: El auge del republicanismo
A partir de 1868, el panorama político
estuvo dominado por cuatro grandes tendencias:
A la derecha:
Los carlistas: aceptarían por primera vez el juego
parlamentario y se presentaban a las elecciones con un programa que defendía el
catolicismo y la monarquía tradicional. Apoyados por la zona vasconavarra y
pequeñas áreas de tradición carlista.
Los moderados: fieles a Isabel II y reclamaron su
vuelta al trono. El apoyo de la burguesía agraria, destacando entre sus líderes
a Cánovas del Castillo. Defienden la vuelta de la Constitución de 1845. También
serán llamados Alfonsinos.
En el centro:
Conjunción
monárquico-democrática: agrupaba a unionistas y a progresistas en torno a
Prim, Sagasta y Zorrilla. Defendían un gobierno monárquico subordinado a la
soberanía nacional y con amplias libertades públicas. Apoyados por la burguesía
financiera e industrial, clases medias urbanas, amplios sectores del ejército e
intelectuales.
En la izquierda:
El Partido Republicano Federal: surgido de una escisión del Partido demócrata a mediados de 1868,
dirigidos por Pi y Margall y Figueras.
Defendía el federalismo, la república,
la separación entre Iglesia y Estado y el laicismo de este. Se oponían a la
intervención del ejército en política. Dentro del partido existían dos
tendencias: los benévolos y los intransigentes.
Pugna entre federalistas y unionistas |
El auge del
republicanismo contó con el apoyo de la pequeña burguesía, las clases populares
urbanas y parte del movimiento obrero y campesino antes de que éste fuera
atraído por las ideas anarquistas y socialistas. También fue debido al
desencanto de las masas populares, que veían que las reformas prometidas por
los progresistas y los demócratas no se llevaban a cabo. El republicanismo se
convirtió entonces en la posición política que parecía preocuparse más por la
mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
6.2 La
proclamación de la República
El mismo día de
la abdicación de Amadeo I, 11 de febrero de 1873, el Congreso de los Diputados
y el Senado, reunidos en sesión conjunta (lo cual estaba prohibido por el
artículo 47 de la Constitución), se declaran en Asamblea Nacional y proclaman
la I República. Para presidir el gobierno fue elegido el republicano federal
Estanislao Figueras. Ahora bien, gran parte de la cámara era monárquica, y su
voto republicano fue una estrategia para ganar tiempo y organizar el retorno de
los Borbones. Así pues, la República nació con escasas posibilidades de éxito,
lo que se evidenció en el aislamiento internacional del nuevo sistema.
A pesar de
todo, la República fue recibida con entusiasmo por las clases populares, que
creyeron que había llegado el momento de cumplir sus aspiraciones de cambio
social. Sin embargo gran parte de los dirigentes del republicanismo federal
estaban lejos de las aspiraciones revolucionarias de las bases de su propio
partido. El interés de los dirigentes republicanos por respetar la legalidad se
exteriorizó en la disolución de las Juntas y en la represión de las revueltas
populares. Pacificado el panorama, se convocaron elecciones a Cortes
constituyentes que ganaron ampliamente los republicanos cumpliendo así sus
aspiraciones pero divididos entre intransigentes, federalistas y unionistas.
6.3 Problemas
Internos. La creciente inestabilidad política
Las
sublevaciones obreras y campesinas (sobre todo en Andalucía, que pretendían
resolver el problema de la estructura de la propiedad de la tierra) se
agudizan. Igual sucede con las guerras carlistas (en sus zonas tradicionales) y
coloniales. En este contexto:
- · La oposición conservadora dirigida por Cánovas conspira para que vuelva la monarquía borbónica.
- · Se suceden los desórdenes callejeros, las manifestaciones, los escándalos políticos, los altercados anticlericales y los pronunciamientos militares.
- · La profunda inestabilidad explica la sucesión de cuatro presidentes de la república en menos de un año. Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
- · Se realizó un proyecto de Constitución en 1873 que era muy parecida a la del 69 pero con la declaración de república federal, pero no llegó a promulgarse.
6.4. Los gobiernos de la República
Primer Gobierno: Tras las elecciones, el día 7 de junio
se proclamó la República Democrática Federal, presidida por Estanislao
Figueras quien dimitió al cabo de unos días y se exilio en París.
Figueras intentó construir una república federal pero se encontró con una doble
oposición: los republicanos radicales, partidarios de una República unitaria, y
de los federales, más extremados.
Segundo Gobierno: Con Francisco Pi y Margall. Su propósito era emprender grandes reformas pero los pocos meses que duró la experiencia reformista no permitieron el desarrollo de esa legislación. La ratificación de la abolición de la esclavitud en las colonias, la supresión de las quintas, separación entre la Iglesia católica y el Estado, que no se compromete a subvencionar ningún culto, creación de jurados mixtos, reforma de la venta de los bienes nacionales para dar tierra a los jornaleros, la reforma de los impuestos y el inicio de la legislación proteccionista en el ámbito laboral fueron las iniciativas más innovadoras.
En julio se
presentó el proyecto de la nueva Constitución pero no llegó a ser
debatido y, por consiguiente tampoco fue aprobado.
Seguía las líneas de la constitución de 1869, lo más novedoso era que la Nación española estaba compuesta por diecisiete Estados, entre ellos Cuba, y declaraba que el poder emanaba de tres niveles: municipios, Estados regionales y Estado federal. Se planteaba pues un Estado no centralista y recogía tradiciones regionalistas que estarían en el origen de las futuras propuestas nacionalistas.
La
Constitución de 1873 declaraba:
- - La total separación Estado–Iglesia y el matrimonio civil.
- - La separación de poderes, con la creación de un cuarto poder, el Poder de relación, en manos del Presidente de la República.
- - Estructura federal con 17 estados incluyendo Cuba y Puerto Rico para evitar problemas coloniales. Cada estado podía elaborar su constitución, dentro de los límites de la constitución federal.
- - Mantenía derechos similares a la de 1869.
Seguía las líneas de la constitución de 1869, lo más novedoso era que la Nación española estaba compuesta por diecisiete Estados, entre ellos Cuba, y declaraba que el poder emanaba de tres niveles: municipios, Estados regionales y Estado federal. Se planteaba pues un Estado no centralista y recogía tradiciones regionalistas que estarían en el origen de las futuras propuestas nacionalistas.
No
llegó a aprobarse por el estallido de los movimientos cantonalistas,
la conflictividad social,
la extensión de la guerra carlista y el
problema cubano.
La Primera
República tuvo que enfrentarse a
graves problemas. Uno de ellos fue
la insurrección carlista: Las tropas gubernamentales impidieron la
extensión del conflicto a las ciudades pero se este se prolongó hasta 1876. En
segundo lugar, la guerra de Cuba que, iniciada en 1868, continuaba
extendiéndose. Se intentó ponerle fin considerando a Cuba y Puerto Rico como un
territorio más de la Federación española.
Pero el problema más grave fue la
insurrección cantonal. El cantonalismo era un fenómeno complejo en el
que se mezclaban las aspiraciones autonomistas propiciadas por los republicanos
federales intransigentes con las aspiraciones de revolución social inspiradas
en las nuevas ideas internacionalistas. La proclamación de cantones
independientes, con sus gobiernos autónomos y su propia
legislación, fue la consecuencia de aplicar de forma radical y directa la
estructura federal desde abajo, impulsada, al mismo tiempo, por el deseo de
avanzar en las reformas sociales.
A lo largo del mes de julio se proclamaron los cantones de Cartagena, Sevilla, Cádiz, Granada, Málaga, Bailen, Andújar, Tarifa, Algeciras, Castellón, Valencia, Alicante...
Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, y fueron dirigidos en general por los federales intransigentes, decepcionados por el rumbo de los acontecimientos de la nueva República.
A lo largo del mes de julio se proclamaron los cantones de Cartagena, Sevilla, Cádiz, Granada, Málaga, Bailen, Andújar, Tarifa, Algeciras, Castellón, Valencia, Alicante...
Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, y fueron dirigidos en general por los federales intransigentes, decepcionados por el rumbo de los acontecimientos de la nueva República.
El presidente de la república se opuso a
sofocar la revuelta por las armas y dimitió.
Tercer Gobierno: Con Nicolás Salmerón quién formó
gobierno el 20 de julio. Se apoyó en el ejército para establecer el orden
constitucional. Los generales del momento eran Pavía y Martínez Campos. Dio por
acabada la política de negociación con los cantones e inició una acción militar
contra el movimiento cantonalista. Excepto en Cartagena, el ejército terminó
pronto con la insurrección cantonal pero dio un inmenso poder a los generales y
volvió a colocar a los militares como los garantes del orden y barrera contra
la revolución social. Su actuación además se centró en la eliminación de las
secciones de la I Internacional. Salmerón dimitió el 5 de septiembre al
sentirse moralmente incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la
autoridad militar contra activistas cantonalistas.
Cuarto Gobierno:
Emilio Castelar asumió el poder el 6 de septiembre. Dirigente del
republicanismo unitario y conservador. Con él la República inicia un giro hacia
la derecha. El nuevo ejecutivo intentó aplicar una política de autoridad y
fuerza para controlar los problemas que aquejaban al país y que tanto afectaban
fundamentalmente a nobles y burgueses. Especialmente grave era la situación de
Cartagena. El 13 de septiembre Castelar consiguió plenos poderes de las Cortes
para reorganizar el ejército, obtener un crédito, suspender las garantías
constitucionales y gobernar con el Parlamento cerrado, situación que mantuvo
así hasta el día 2 de enero de 1874.
6.5 El fin
de la experiencia republicana: Golpe de Pavía y la República Autoritaria
Castelar, que
no tenía mayoría en las Cortes, gobernó como ya se dijo autoritariamente,
respaldado por los sectores más conservadores y concediendo amplias
atribuciones a los jefes militares para que mantuvieran el orden público. Ante
esta situación, en diciembre del mismo año, un sector importante de los
diputados (Figueras, Pi y Salmerón) llegaron al acuerdo de plantear una moción
de censura al gobierno Castelar para forzar su dimisión, cuando se reanudasen
las sesiones de Cortes. La intención de este grupo era volver a controlar el
gobierno y poder devolver al régimen republicano sus planteamientos iniciales.
El 3 de enero
de 1874 se abrieron las Cortes y el gobierno de Castelar fue derrotado por 120
votos contra 100. Era inminente la formación de un gobierno de izquierdas pero,
al conocer este hecho, el capitán general de Castilla, Manuel Pavía, con un
cuerpo de infantería, ocupó el Congreso y
exigió la disolución de las Cortes
republicanas. Ante este acto apenas hubo resistencia, ni política ni popular,
lo que muestra la debilidad de la República que, excesiva para unos y demasiado
tibia para otros, apenas contaba con la base social en la que sustentarse.
Golpe de Pavía |
El año 1874 fue
de transición entre la I República y la Restauración de los Borbones en el
trono de España. El poder pasó a una
coalición de unionistas y progresistas dirigido por Serrano que asume el poder
ejecutivo.
El régimen
sigue siendo en apariencia republicano, pero sin Constitución en vigor: la del
73 no estaba en vigor y la del 69 estará en suspenso lo que origina un vacío
legislativo que propicia un clima conspiratorio favorable a la vuelta de los
borbones.
Con las Cortes
clausuradas indefinidamente, Serrano pone en marcha una tarea legislativa
tendente a restablecer el orden social y dar garantías a los sectores
conservadores: disuelve la sección española de la Internacional, da mayor
protagonismo a mandos militares monárquicos, estableció medidas de excepción,
disolvió los ayuntamientos republicanos, limitó los derechos de asociación e
ilegalizó el republicanismo federal.
En este ambiente,
la actividad conspiratoria de Antonio Cánovas en favor de la Restauración
borbónica se redobla. Las fuerzas tradicionales (la burguesía catalana y
valenciana, la aristocracia castellana y andaluza) presionan para la vuelta al
liberalismo doctrinario. Finalmente el
29 de diciembre de 1874 en Sagunto Arsenio Martínez Campos proclamó rey de
España a Alfonso. El gobierno apenas opone resistencia y Serrano se exilia. En
Madrid se forma un gobierno de regencia presidido por Cánovas con apoyo de
unionistas y progresistas.
III. CONCLUSIÓN
Los seis años
que abarcan el Sexenio fue un supuesto intento de democratizar la vida
política y social de España, intento protagonizado por parte del pueblo y de la
clase intelectual pues la clase política no está dispuesta a llevar adelante
dichos cambios.
Los intentos de
auténticos cambios, impulsados por los republicanos y las juntas revolucionarias, fueron bloqueados por moderados y progresistas y un ejército
cada vez más cerca de la restauración de los Borbones. Así, los mismos sectores
sociales y políticos que impulsaron la Revolución fueron los que propiciaron la
Restauración borbónica en la figura de Alfonso, hijo de Isabel
II, quien se está preparando para su vuelta junto a su gran valedor Cánovas del
Castillo. Con ambos se entrará en el periodo de la Restauración (1876-1823).
Canovas del
Castillo redacta el “manifiesto de
Sandhurst” en diciembre 1874,
firmado en la localidad inglesa del mismo nombre, según el cual
Alfonso, en el caso de ser nombrado rey, se comprometía a implantar
un régimen constitucional y
parlamentario estable.
El general
Martínez Campos se adelanta y se pronuncia en Sagunto a favor de
Alfonso XII el 29–30 de
diciembre de 1874, poniendo fin a la I República.
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